El pie izquierdo no me quiere hacer ni caso. Lo notifico. El brazo
izquierdo lo muevo trabajosamente y la cadera parece chirriarme a cada paso que
doy. También lo notifico. Al cabo de unos minutos ya casi no puedo moverme y
comienzo a descargar el arma. Varios muertos y muchos más heridos es el balance
de la falta de criterio de mi instructor de la academia. Siempre supuse que
dentro de mi cabeza las cosas no iban demasiado bien, pero esto es el colmo. Fin
de la transmisión. “Menuda escaramuza. Informe al vicepresidente. Dígale que
los nuevos T133 todavía no están preparados para la patrulla. Pero lo estarán...”
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