martes, 20 de septiembre de 2011

ESCENA DÉCIMO CUARTA

Debías haber tomado una decisión en cuestión de unas pocas décimas de segundo, y al dejar transcurrir demasiado tiempo ahora estás a punto de pagar las consecuencias. Finalmente decides apoyar al grupo de tu derecha, aunque es ya demasiado tarde para ellos y para ti.

Mientras los soldados que pretendían sabotear el área de abastecimiento de energía, a tu izquierda, parecen haber conseguido su propósito, un artefacto explosivo hace detonación a menos de un metro de tu posición. La deflagración es curiosamente silenciosa, vista desde dentro. Todo parece transcurrir ahora a cámara lenta, y aunque puedes sentir cómo tus miembros se desprenden de ti y cómo la carne y el tejido se consumen, no pareces sentir dolor.



Estás muy cerca del final. Tu final. Contigo no sólo morirá un teniente que en el momento más crucial de una absurda guerra se ha tomado demasiado tiempo para meditar una decisión que nunca debiera haber sido reflexionada o especulada; contigo morirán además las esperanzas de una.... Bueno, eso ya no importa.

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