Tus mejillas se han secado por completo, ya que ahora se encuentran a
merced del gélido viento de la noche, una vez que te has despojado del
casco. Han pasado menos de dos minutos desde que tus extraños compañeros
de reparto se han dejado caer, inertes por completo y faltos de
energía.
Echas un rápido vistazo a la valija que todavía
sostiene el soldado de tu derecha. No parece contener nada demasiado
pesado, a juzgar por su reducido tamaño. La tomas con tu mano derecha y
la sostienes un rato frente a ti, como en un extraño ritual de
reconocimiento. Decides no abrirla todavía, esperas poder continuar con
tu marcha –ahora en solitario- un poco más, ya que aun te encuentras
demasiado cerca del complejo.
No esperas poder encontrar gran
cosa inspeccionando los cuerpos de los robots que permanecen rendidos a
tus pies, ya que solo portan cada uno un cinturón a mayores de lo que tú
llevas encima. Te haces con los cinturones, cruzándotelos por el pecho.
Tampoco deseas averiguar ahora mismo lo que puedan contener, aunque no
crees que pueda tratarse de algo que pueda significar la diferencia
entre la vida o la muerte. Todo lo contrario opinas de la valija que
ahora descansa sobre tu cadera izquierda, colgada de uno de los
cinturones.
Dedicas un ultimo vistazo al complejo donde esta
mañana te has ‘despertado’ y te pones en marcha, portando los dos cintos
de tus compañeros, la valija que reposa sobre tu cadera y las tres
ligeras y extrañas armas de rayos. Todavía ignoras como poder abrir
fuego con ellas, pero aun no es el momento de averiguarlo.
Pese a
saber que te encuentras en busca y captura, te sorprende que no haya
ningún vehiculo aéreo tras tu pista, ni que miles de hombres invadan ya
el bosque con el fin de capturarte. No te huele bien del todo, pero
prefieres huir de una vez por todas, ya tendrás tiempo de conjeturar
sobre todos los detalles.
Es noche cerrada, pero eso no supone ni
el más mínimo de los problemas para ti, puedes ver perfectamente,
gracias una vez mas a tu maravilloso casco, que parece incorporar algún
tipo de visor nocturno. Es una ventaja poder moverte de noche con la
misma velocidad y seguridad que lo hubieses podido hacer de día.
Mientras
caminas echas mano a un compartimento de uno de los cinturones que
portas sobre tu pecho, cuyo contenido extraes. Se trata de una diminuta
cajita negra, demasiado pesada para el poco tamaño que ocupa. Puedes
contar hasta tres cajitas similares en cada uno de los cintos. Guardas
el resto y te propones a abrir una de ellas.
Después de prestar
atención a la cajita durante un buen instante, te das cuenta de que
sobresale de una de sus caras una pequeña superficie del tamaño de una
tarjeta telefónica. Forcejeas un rato con esa especie de tirador y al
fin logras activar el mecanismo de apertura. Solo que no se trata de un
mecanismo de apertura, sino de un mecanismo de detonación, y rápidamente
arrojas la cajita lo más lejos posible de ti.
La detonación provoca
un gran estruendo a unos treinta y cinco metros de tu posición, dejando
un gran cráter alrededor del punto de impacto. Te sorprende no haber
salido volando por los aires, pero si pretendías dar pistas de tu
paradero, no podías haberlo hecho mejor.
Echas a correr poseid@
por el pánico; ahora tus perseguidores saben que posees explosivos y
estas segur@ de que serán mucho mas persuasivos de lo que ya han sido.
Al poco tiempo te encuentras en un claro del bosque. A tu alrededor,
decenas de soldados en el suelo, caídos del mismo modo que tus dos
compañeros, intuyes. Junto a ellos, una veintena de vehículos de
transporte de tropas y quizás una docena de vehículos puramente de
asalto, con grandes armas encajadas en sus partes superiores.
Te
preguntas si acaso todos y cada uno de tus perseguidores y quizá todos o
alguno de sus superiores puedan ser seres robóticos que necesiten la
luz del sol para poder subsistir, y se te ocurre que tal vez puedas
utilizar semejante hecho en tu favor.
Aun ensimismad@ en tus
pensamientos, divisas a lo lejos una luz que desciende del cielo, se
trata de una especie de nave espacial o de un moderno helicóptero,
silencioso por completo. Del interior del vehiculo aéreo surgen seis
soldados mas, ataviados de forma distinta que tus perseguidores. No
parece que te hayan descubierto, mientras tanto, permaneces agazapad@
entre unos arbustos que rodean el claro de bosque.
No vas a
permanecer el resto de la noche agazapad@ enre los arbustos. Antes de
que amanezca habrás tomado de nuevo la iniciativa, y tomaras una de las
siguientes decisiones: a) Esperas, pacientemente entre los arbustos, que
los soldados de la nave no te encuentren, e intentas seguir tu camino
una vez se hayan marchado. b) Decides delatar tu posición y acercarte a
los soldados de la nave. c) Esperas que los soldados regresen a la nave
y se vayan para hacerte con un vehiculo terrestre y huir del bosque lo
antes posible. d) Antes de que los soldados te encuentren, das media
vuelta y vuelves al complejo del que has huido. Si todos los soldados
han ‘caído’ es posible que puedas moverte a tus anchas por el complejo
para recabar algo mas de información. e) Ahora es un momento como otro
cualquiera para intentar probar suerte con las armas y descifrar su
funcionamiento. Seis soldados no son demasiados y tal vez tengas suerte.
f) No puedes aguantar la curiosidad y decides abrir la valija mientras
los soldados siguen buscando entre las tropas que permanecen en el
suelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario