martes, 20 de septiembre de 2011

ESCENA SÉPTIMA

(Comienza esta nueva escena con el boceto que ha realizado Ana da Madanela, y que no sólo me parece interesante, si no que también es de las pocas respuestas que me habéis dado. He decidido por tanto respetar la redacción tal cual, sin cambiar ni un solo punto o coma.)

Incorporaste firme e decididamente mostrando na man esquerda a placa base que ansían os soldados, mentras na dereita enseñas unha caixiña de explosivos que fará que os seus cús volen polos aires se tratan de joderte. Os seus semblantes cambian ó ver a túa actitude, e parece que o medo se apodera deles. Un soldado que parece estar ó mando fai un aceno ós seus compañeiros, e estes comezan abrirse cambiando as súas posicións ata deixar un oco por onde ti poidas saír. A túa ameaza xurdiu efecto, parece que a placa base é o suficientemente importante para eles como para deixar que marches e intentar capturarte máis adiante.

Non esperas máis, camiñando de espaldas vas alonxandote lentamente sen deixar de ameazar con destruir a placa. Cando estás a unha distancia prudencial deles, sacas o tirador que activa a detonación e lanzalo polo aire cara o grupo de soldados, e entón cando comezas a correr con todas as túas forzas mentras sostes firmemente a placa base na túa man esquerda, intentado protexela. A explosión parece que non foi quen de acabar con todos os soldados, así que colles outra das caixiñas e repites a operación. Non te preocupa o feito de usar outra dosis de explosivos, posto que aínda che quedan as caixas dos cinturons dos compañeiros que te salvaron ó inicio desta aventura, tres caixas en cada un deles.

Dirixeste entón a un dos vehículos que se divisaban antes de que te descubriran, e confias en que poida axudarche a saír desta, confiando ademais, en que dentro deles poidas atopar máis armas ou polo menos algún outro descubrimento que che permita conseguir máis información sobre esta extraña misión.

Subes al vehículo sin apartar la mirada de la zona del bosque en la que te han emboscado los soldados, y a tientas tratas de arrancar el vehículo. Es inútil, carece de potencia para poder ponerse en marcha, y una vez más tus planes se ven frustrados. Tratas desesperadamente de buscar un sistema alternativo de arranque, pero la sencillez del panel de mandos te insta a pensar que no existe método alternativo de arranque al botoncito rojo que se encuentra a la derecha del volante.

Quizás existan otras cosas que deban preocuparte más allá del arranque del estúpido vehículo en el que te has subido. Acaba de amanecer y los soldados Cyborg se están recargando, lenta pero inexorablemente. Al cabo de unos pocos minutos podrían estar de nuevo operativos, y eso supondría volver a empezar de nuevo, con demasiados perros de presa rastreando tu bonito culo.

Al final del claro puedes ver cómo una pequeña patrulla de soldados Cyborg se dirige hacia tu posición, abriendo fuego. Se trata de unos 10 o 12 soldados, y sus armas han alcanzado tu vehículo, el cual abandonas de inmediato para resguardarte de su fuego, tras un nuevo vehículo. Ahora estás a salvo durante unos segundos, tiempo que aprovechas para echar un vistazo a tu alrededor y ver cómo están las cosas.


Tu flanco izquierdo está ocupado por cuatro de los seis soldados que te han emboscado, al parecer has dejado fuera de combate a dos de ellos. Te felicitas, no lo has hecho nada mal. Estos cuatro soldados están respondiendo al fuego de la decena de soldados que se interna en el claro. Poco a poco el reducido grupo de cuatro soldados se repliega hacia tu posición, repelido por el fuego de la docena de soldados, superiores en número y en posición.

Tu casco muestra ahora la posición de ambos grupos armados, así como la tuya propia, a través de una proyección en la visera. Puedes además percatarte de la posición de nuevos grupos, mucho más numerosos que el primero, que se dirigen hacia el claro de bosque en dónde te encuentras. Eso sin olvidarte de los soldados ‘caídos’ que se encentran todavía desperdigados por el claro del bosque. En unos pocos minutos estarás el centro de una buena barbacoa.

Una vez más tendrás que tomar una decisión e intentar salvar el culo y la maldita placa base que aún portan tus cada vez más temblorosas manos. No tendrás alternativa, deberás decidir por ti mism@ el destino de tus propias acciones. Será suficiente con aportar un nuevo punto de partida, sea con una simple idea, acción o idea a desarrollar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario